Fueron abandonadas cuando extraer el carbón dejo de ser rentable. Pero el agua de los acuiferos continúo filtrandose y, con las bombas de achique paradas, comenzó a almacenarse en su interior. Ahora estos oscuros lagos olvidados pueden convertirse en un recurso tan valioso como el propio carbón que esta en su origen.
La energía geotérmica de baja temperatura es la que tiene como origen el propio suelo sobre el que asentamos nuestras construcciones. En realidad, el término es un poco equívoco. Lo que se pretende es aprovechar un gran sumidero de energía térmica. Mientras la superficie del terreno cambia su temperatura 30 o 40 grados, según la hora del día y la estación del año, el suelo a partir de 20-30 metros de profundidad mantiene una temperatura constante. Así se convierte en un foco frío en verano y en un foco caliente en invierno. El problema es que, para aprovechar esta diferencia de temperaturas, es necesario excavar profundos pozos verticales o crear una amplia red de tuberías a poca profundidad que actúen como el radiador de un coche y permitan el intercambio de energía.
Las numerosas minas abandonadas por todo el mundo podrían ser una alternativa mucho mas barata. La excavación ya esta hecha. Las redes para bombear agua ya existen aunque generalmente tienen que ser revisadas y reparadas. El propio líquido acumulado puede bombearse a la superficie, utilizarse para calentar o enfriar según la circunstancias y ser devuelto al fondo donde recuperaria la temperatura de su entorno. De hecho, si la mina es lo suficientemente profunda, el agua aumenta su temperatura gracias al propio calor interno de la Tierra. Este incremento oscila entre 10-60º C por kilómetro de profundidad aunque se ha llegado a medir variaciones de 200ºC por kilómetro.
Fuente: Mina Mº Luisa (HUNOSA)
Un primer experimento se ha realizado en la ciudad holandesa de Heerleen. Allí una antigua mina de carbón proporciona agua a 32º C que se utiliza para calentar un barrio con 350 viviendas. Es un experimento a pequeña escala pero no hay obstáculos técnicos que impidan extenderlo a las numerosas minas abandonadas que tenemos en España.
Una segunda posibilidad de aprovechamiento implica no devolver el agua al fondo y utilizarla para el suministro a la población. No es tan fácil como parece. El agua que ha recorrido una explotación mineral puede incorporar gran cantidad de elementos disueltos, algunos muy tóxicos, que deben ser eliminados previamente. Pero ,en una epoca donde nos planteamos la desalación a gran escala para cubrir nuestras necesidades, no deja de ser un recurso mas que podemos considerar.
Reutilizar algunas minas por este método permitiría aprovechar parte del esfuerzo y el sacrificio derrochados en su creación. En las próximas décadas puede que estas minas proporcionen energía, limitada pero inagotable, mediante métodos mucho mas ecológicos de lo que nunca habríamos supuesto.
Fuente:
Calor de las minas