La noticia habla por si misma, por lo que seré muy breve. Este, es el tipo de noticias con que deberían acompañar nuestras comidas las cadenas televisivas, y nuestros desayunos las primeras páginas de los diarios. Esta es la clásica noticia que te ensancha el pecho en lugar de encogerlo(como las demás) y te permite creer que todavía hay esperanza para el género humano. Ahí es nada: la posiblilidad de inhibir el cáncer a base de fármacos. Como si de una vulgar gripe se tratase - salvando las distancias, claro - con una casi total seguridad dado su componente humano, que descarta los rechazos. No obstante éste es el último paso, la prueba en humanos, que les falta por recorrer a los científicos y que seguramente topará con mas de un inconveniente para llevarse a cabo. Pero, también es verdad, que deberían contar con la voz de quienes padecen ese terrible mal: ¿quien, ante la posibilidad de que su cáncer mejore, no se prestaría al tratamiento?. Me temo que serían mayoría, y eso cuenta señores, eso cuenta. A continuación el artículo de Elena Sanz, aparecido anteayer en la edición digital de Muy Interesante, que explica los pormenores del importante hallazgo. Un estudio coordinado por el investigador Manel Esteller, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), en Cataluña, ha identificado una sustancia que inhibe el crecimiento del cáncer mediante la activación del llamado “genoma oscuro” (o ADN no-codificante) y de las moléculas de micro-ARN. El trabajo se publica esta semana en la revista científica Proceedings of the National Academy of Science (PNAS). Parte del genoma de las células del cuerpo humano, concretamente el 5% del material genético, codifica nuestras proteínas, como la queratina de la piel o la hemoglobina de la sangre. El 95% restante se conoce como "genoma oscuro" o ADN no-codificantey su función es, en gran medida, desconocida. Una fracción de este ADN produce unas pequeñas moléculas denominadas microARN encargadas de activar o desactivar los genes. Y en los últimos años se ha comprobado que las alteraciones en estas moléculas están relacionadas con la formación de tumores.
Concretamente, los investigadores han demostrado que la pequeña molécula enoxacina, utilizada en compuestos antibacterianos, se une a la proteína que construye los micro-ARN y estimula su actividad inhibidora del crecimiento del tumor. Según el científico Manel Esteller “es como si a un coche de segunda mano le ponemos un motor acabado de salir de la fábrica”. Lo han comprobado tanto en células de laboratorio como en modelos experimentales animales y ahora debería estudiarse su funcionamiento en humanos. Así lo ha dicho Esteller, que ha destacado que la ventaja de este compuesto es que se conoce su metabolismo y su seguridad en humanos. Esteller ha añadido que "aunque pueda no llegar a aprobarse el uso de esta molécula en tratamientos oncológicos, el hallazgo abre la puerta al diseño de nuevos fármacos que tengan como diana terapéutica los microARN". "Mostramos a la industria farmacéutica una nueva dirección hacia dónde dirigir sus esfuerzos en la terapia antitumoral", concluye.
Elena Sanz01/03/2011