Martes, 17/10/00 - (MERIDA) |
Catedral de Mérida |
Esta noche me han machacado los mosquitos. Cargamos a la espalda las mochilas hasta la terminal de autobuses, a las 10 AM salimos hacia Mérida. Llegamos al destino en 2 horas, tenemos localizado un hotel que según la Lonely Planet es bueno y barato "Hotel las Monjas", la recepcionista es guapa y el hotel está bien, nos quedamos. Callejeamos todo el día, Mérida es una ciudad grande, mas de 600.000 habitantes;
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Plaza Mayor |
de edificios coloniales donde muchas casas están bien conservadas y restauradas, lo más desagradable es el ruido del tráfico que es intenso, moverse por las estrechas aceras se hace dificultoso. A última hora y ya de noche un conductor de calesa nos ofrece un paseo por las avenidas nobles de la ciudad, convenimos el precio de 100 Pesos y comenzamos por el Paseo Montejo y Avda. de Colón; durante una hora pasamos frente a edificios de las mansiones de los que fueron poderosos de la ciudad a principios de siglo; construcciones de estilo francés, art decó, otros con un claro estilo italiano, irlandés e incluso turco; hoy en día prácticamente todos pertenecen a entidades financieras.
Miércoles, 18/10/00 - (PROGRESO) |
Playa de Progreso |
La intención para hoy es levantarse temprano pero no será así, la tranquilidad que nos da el que cada 1/2 hora tenemos transporte a Progreso, hace que nos relajemos; a las 12 estamos en la playa; el pueblo no tiene un atractivo especial, es tranquilo, sobre todo teniendo en cuenta que nos encontramos fuera de temporada. Nos damos un baño pero la arena es de coral extremadamente fina y al agua tiene un aspecto turbio debido a los granos de arena en suspensión. A media tarde regresamos a Mérida. Deberíamos contactar con Aeroméxico para tratar el tema del Maya Pass, pero no llegamos a la hora de oficina.
Jueves, 19/10/00 - (CELESTÚN) |
Estuario de Celestún |
Madrugamos un poco más. Hacemos correr a la señora que nos prepara el desayuno para no perder el autocar a Celestún. Los transportes que estamos utilizando, cada vez son más básicos y a medida que nos alejamos de Cancún el pasaje local aumenta y se va reduciendo el número de extranjeros que los ocupa. Anoche una funcionaria de Información y Turismo nos solucionó gran parte de dudas que teníamos con respecto a contratar excursiones o hacer por nuestra cuenta; el trayecto hasta Palenque lo tenemos bastante claro y el trayecto por carretera por la zona de Chiapas nos dio buena información sobre el estado de las carreteras y localizó las zonas conflictivas por el problema de la guerrilla. Poco antes de llegar a Celestún, dejamos el autocar, justo después de pasar el puente, una construcción de servicios turísticos nos indica que ese es el lugar; contratamos la barca por 400 Pesos
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Cormorán |
y salimos a navegar por el manglar con el guía que se presenta con el nombre de Adán; el recorrido durará una hora aproximadamente. Lo que más no llama la atención, es el color rojizo de las aguas y Adán nos dice que es debido a la savia que los manglares sueltan despues de la época de lluvias. Nos cuenta que en una ocasión se marchó de ilegal a USA, le pillaron y repatriaron. Vimos una manada de flamencos rosas, nos acercamos a las orillas de la isla de los pájaros y pudimos ver
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Volando un barrilete |
cormoranes, garzas blancas, garzas azules y garcetas; nos encaminamos al ojo de agua, un manantial de agua dulce; en la península del Yucatán no existen ríos de superficie, todos son subterráneos y la única forma de acceder a ellos es mediante pozos o los cenotes. En el ojo de agua pudimos observar también una garza tigre. Al finalizar el paseo en barca, emprendemos una caminata bajo el sol hasta el pueblo de Celestún, 10 minutos sudando al sol de mediodía; al llegar al pueblo nos dirigimos directamente a la playa, los restaurantes se alinean a lo largo de la línea costera, buscamos el Restaurante Ávila y en pocos minutos lo encontramos; disfrutamos una comida copiosa a base de pescados y mariscos que están francamente buenos, el precio de cada plato ronda los 60 Pesos (1.200 Ptas.). Tomamos el autocar de vuelta a Mérida a las 4 de la tarde, al llegar al hotel Les tiene un fuerte dolor de cabeza. Salimos a hacer la compra de la comida de mañana, tomamos un capuchino en la plaza, Pablo acompaña a Les al hotel y el resto nos vamos a la pequeña plaza del Gran Hotel y nos sentamos en las escaleras, allí conoceremos a Gloria y a Daniel, dos niños de 6 años; regalamos un bolígrafo a cada niño pero Gloria nos dice que a Daniel no se lo demos, que no sabe escribir y que no irá a la escuela..., nos enseña los deberes, nos ofrece un caramelo..., en un momento en que Gloria está distraída, conseguimos darle el bolígrafo a Daniel y le decimos que lo esconda sin enseñárselo a ella.