Que doloroso el amor

 De repente en un pestañeo ya no estaba en medio  de aquella calle llena de personas, sino en un pasillo oscuro, alumbrado por una tenebre luz y lleno de jaulas… jaulas con personas dentro, personas que gritaban desesperadas:

“dame tu corazón”

Sacando la mano de las verjas hasta tal punto que debían estar haciéndose daño. Me puse a andar deprisa intentando encontrar una salida, esquivando las manos que salían a mí alrededor intentando atraparme.

“no escapes, lo necesitamos, tu corazón”

¡Eran como zombis! Y ese pasillo parecía interminable. De repente oí una voz muy familiar, se oía lejana, pero según iba avanzando cada vez era más fuerte, eche una carrera y cuando llegué al final la vi…

“no…no puede ser” dije

Ella la chica a la que siempre he amado, Helena, estaba tumbada en el suelo y lagrimas ensangrentadas cubrían sus ojos…

“¡Helena!”

Salí corriendo y la abracé, justo en ese momento sentí un gran dolor en el pecho, ella abrió los ojos y levantó su mano derecha enseñándome mi corazón… si… me había arrancado el corazón. Estúpidamente sonreí por última vez antes de morir pensando en que era un honor que ella se hubiese quedado con mi corazón.