Beso en celo

Cuando mi boca, mis manos y mi piel entera
entiendan que eres feliz conmigo
de ahí en adelante haz lo que te plazca.
Dejaré de estar celoso.
Mientras eso no ocurra
seguiré inventando nuevas formas
de besarte y palparte; de mimarte,
anuque me pase la vida sin lograrlo.

Sediento de tí, mujer de leche y miel
y de regazo experto en acunar cariño.
Voy a cosechar tu piel prolijamente.
Paladearte en mi boca como fruta jugosa.
Estrujar tus sueños y beber tu encanto.
Qué deliciosa muerte fuera morir besándote.
Besarte, besarte, minuciosamente.
Desmedir el tiempo invertido en caricias.
Beso tras beso, repasar tus detalles.
Degustar tus ansias de los pies a la cabeza.
Riendo, llorando, dormida o despierta.

Llevar tu cuerpo en la boca como si fuera tu nombre
y repetirlo a toda hora incesantemente.
Soy caricia porfiada que insiste en explorarte.
La mirada extasiada bañandose en tus ojos.
El olfato sabueso cebado con tu esencia.
Pero sobre todo soy beso en celo eterno.
El que busca tu cuello y resbala por tu espalda.
El que humedece tus senos y cae en tus rodillas.
El que se hunde en tu vientre y renace entre tus piernas.
Soy un beso incansable de buscar motivos
para estar contigo y cobijarte en mis labios.

Fuente: Beso en celo