Creencia versus conocimiento: ¿Quién vive tu vida?

Creencia versus conocimiento: ¿Quién vive tu vida?

Como afirma el famoso físico y astrónomo Stephen Hawking en su último libro El Gran Diseño, “La filosofía ha muerto”, haciendo hincapié en que los filósofos no están a la altura de los últimos avances acometidos con la nueva ciencia, donde la física cuántica juega un papel tan relevante como crucial a la hora de empezar a despejar los grandes enigmas que han acompañado al ser humano desde tiempo inmemoriales, y sobre todo desde el mundo griego, origen y piedra angular de la filosofía. En el caso de nuestro país España, cuna de grandes filósofos, la ya maltrecha filosofía que gozaba de poca salud, con las últimas reformas educativas, parece estar sentenciada a muerte como afirmaba Stephen Hawking, puesto que se pretende erradicar de la enseñanza secundaria, cuando en otros países como Canadá, la impartición de esta esencial rama del conocimiento, se empieza a impartir desde primaria.

Y es que como afirma el doctor en Filosofía de la Ciencia, Etienne Klein, “El ser filósofo no se improvisa”. Está claro que las medidas que suelen ser buenas para el sistema, suelen ser las que más perjudican al ser humano. En el plano social, la filosofía tiene un papel fundamental, ya que permite que nos desarrollemos y fortalezcamos, adoptando una visión y un sentido crítico, para ampliar la capacidad de pensar por nosotros mismos, puesto que el único conocimiento válido será aquel que experimentemos en primera persona. La historia está ahí, para tomar nota y buscar referencias, tomando conciencia de que todo lo que atañe a las transformaciones, a las revoluciones, constituyen un proceso arduo para el ser humano y que implica atrevidos esfuerzos y denodados compromisos.

Es obvio que la élite política, inseparable de la élite económica, tan indisociable como el espacio-tiempo, no tiene un buen aliado en el conocimiento de la masa, y con medidas de este tipo, trata de llevar a la población a una alienación social con claros tintes mercantilistas, siendo más rentable para el sistema la formación de técnicos que la formación de personas. Con reformas de tal gravedad, caminamos seguros hacia una sociedad despersonalizada, escindida, fracturada, segmentada, donde el individualismo y la competitividad son la imagen de fondo que impregna el sistema social.

La hoja de ruta marcada, hace que estemos siendo dirigidos a paso firme hacia la alienación social, puesto que los estereotipos que se están acuñando desde el establishment político-económico, no dejan lugar a dudas, se necesitan personas formadas en emprendimiento, elementos del sistema que no ofrezcan fricción a la evolución del capital; el ser humano se convierte en emisor-receptor de un sistema capitalista globalizado en el que es parte activa y pasiva, puesto que consume lo que produce, siendo los réditos de esta cadena viciosa para esa mano invisible que domina el capital. Se cierra un círculo corrompido, y nos hace recordar aquella parábola del elefante que giraba circularmente impotente en torno a la estaca clavada en aquel circo, asumiendo que nunca podría escapar de aquel vínculo que le hacía prisionero. Se le había grabado a fuego la creencia de que no le sería posible escapar, otros eran dueños de su vida, al pobre elefante le habían arrancado su devenir existencial, puesto que la voluntad de romper tremenda esclavitud no formaba parte de él. En cierto modo, hay una gran similitud con lo que está acaeciendo en los últimos tiempos, ya que nos están tejiendo una telaraña que muestran como realidad, más bien como la única realidad posible, de una sociedad que se promete más próspera, más productiva, más cómoda, y un sinfín de calificativos bienaventurados. El quid de la cuestión sería determinar, ¿para quién está configurada esta sociedad?, ¿Quiénes se beneficiarán de ella? Todos tenemos la respuesta en mente ante tales cuestiones, pero ¿cómo se rompe el círculo vicioso que esta clase de depredadores ha tejido ante nosotros y nos la muestra como la mejor y única clase de realidad?

No encuentro un mejor momento para traer a escena una frase del gran filósofo y pensador del siglo XIX Friedrich Hegel, quien mostraba algo de luz a esa sociedad que caminaba en la oscuridad: "En el pensamiento es donde reside la libertad". En los tiempos que corren, y tal y como están configurados los sistemas sociales, al servicio del poder económico, el único resquicio de libertad que se puede vislumbrar en el horizonte de cada ser humano, es decidir qué pensamiento queremos que sea el que nos acompañe, aquél basado en las creencias que nos instauran desde fuera con la apariencia de realidad, siendo adoctrinados en el dogma constante de la estirpe política y económica, o si por el contrario, a pesar del riesgo de ser considerados unos desadaptados y tildados de “raros“, decidimos que nuestro acompañante fiel sea el conocimiento y el autoconocimiento, mirar la realidad bajo el cristal de una mirada interior y poder ver la doblez de la imagen de realidad que proyectan hacia nosotros.

Según todo el conocimiento humano, la ciencia, incluso la teoría del caos, podemos concluir que la pequeña aportación de un ser humano puede producir un efecto maravilloso y mayor que la hazaña más grande del mayor de los héroes. Debemos evitar que el velo de la ignorancia nos impida actuar, que nos hagan creer que somos simples peones engarzados en una cadena imposible de romper, puesto que la grandeza está en los pequeños detalles. Debemos actuar, cada uno dentro de sus posibilidades, a su forma, compartiendo el camino en única dirección y con el mismo sentido. Seamos la mariposa que empieza a mover las alas y es capaz a pesar de estar en el trópico, poder provocar un huracán en Texas, la actuación de cada uno de nosotros podría ser el huracán que hiciera transformar el sistema, un sistema que favoreciera a la mayoría, que fuera más próspero, más productivo, más solidario, más social, y sobre todo más humano.

¿Hasta cuando vas a permitir que otros vivan tu vida? Empieza a actuar, empieza a aportar, seguro que tu aportación suma, incluso la combinación de ciertas aportaciones, podría ser igual que el aleteo de la mariposa, la gota que colmara el vaso, e irradiara la luz necesaria para que todo el mundo abriera los ojos, y empezara a ser consciente de que otro sistema social, otra realidad es posible. Quizás esa imagen mental de esa realidad esté albergada en tu mente.