Es difícil delimitar la barrera entre el bien y el mal, o, en su defecto, entre lo correcto y lo incorrecto. Es una fina línea que cada uno pone a su antojo donde cree que no debe pasarse mas allá. Pero es tan corta o tan larga la permisividad como la sensibilidad de cada individuo.
Sabido es que los medios de comunicación tienen bastante que ver con la "educación" tanto vital como sentimental de las personas, porque desde pequeños nos tientan con sus luces de colores y cantos de sirena hasta que caemos en la red del consumismo a ultranza; sin remisión; sin excusas. Se hace muy difícil resistirse cuando nos estan acosando por todos lados los anuncios que no solo nos incrustan en nuestros crebros, a través de los sentidos, todo tipo de gadgets y aparatejos; ropas y accesorios; comidas y bebidas, vehículos y viajes; placeres y satisfacciones mil, sino que hacen lo posible - por repetición - para que se mantengan allí. Frescos, recordándonos a cada golpe de vista al televisor o a las vallas callejeras o a los kioskos; a cada golpe de oido a la radio o a Internet, que son imprescindibles para ser felices; que todo es distinto y peor sin ellos . Llega un momento en que nos volvemos compradores compulsivos, poque no queda mas remedio si no queremos perder el cohete del progreso, que antes fué tren, pero que ahora, por la rapidez a que se sucede todo, ha cambiado de velocidad.
Pero cabe preguntarse: ¿son esos anuncios todo lo lícitos que permiten unas leyes que tienen sus artículos dedicados a la publicidad engañosa?. ¿Son legales todas las fórmulas que emplean los publicitarios para que el consumidor pique el anzuelo?...¿o hemos pasado de la libertad al libertinaje sin darnos cuenta? ¿Todo vale con tal de vender? Habría mucho que discutir.
El caso es que la polemica sigue encendida. Tras los besos de los mandatarios de Benneton, que levantaron ampollas en el Vaticano y otros lugares de poder, nos llega un anuncio australiano para una marca de vaqueros que aprovecha el tirón por lo macabro, tan de moda desde los Lobezno, Walking Deads, Crepúsculos y otras series, que tanto han influido e influyen en los jóvenes, pasto de modas y campo abonado para todo lo que suponga una contravención de normas, sean del tipo que sean. Hoy, lo mas cool, son los seres ultraterrenos, la estética gótica y los colmillos de porcelana que se implantan en la boca para dar rienda suelta a las fantasías de los necrófagos de turno, que ya son legión .
La sociedad juvenil a falta de otros valores que les sirvan para ser personalmente independientes y seres humanos sin complejos, prefieren seguir el camino que los liderillos de la tribu marcan, que, a su vez, han aprendido de la televisión y el cine o de otros que antes que ellos han marcado pautas a base de violencia y malos modos, pensando que ese es el camino para llegar a tener todo lo que se quiere en esta vida, que es dinero y poder, y cuanto más mejor.
Ahora, tras el rechazo del mencionado anuncio por parte de las cadenas de televisión, por considerarlo demasiado "macabro", se plantea el dilema de ¿si esto sigue así a donde vamos a llegar?...El spot hace apología del asesinato, aunque su director y la agencia pubicitaria lo niegan. Pobres argumentos frente al slogan de la campaña: "Los vaqueros por los que merece la pena morir". Aunque quienes han visto el anuncio - en sesiónes previas al lanzamiento de la campaña - estiman que sería mejor decir "Vaqueros por los que merece la pena matar".
¿Quien va a poner coto a estos desmanes? ¿Son mas importantes unos vaqueros que la vida?. Solo les falta eso a los niños y adolescentes a medio formar. Que les alienten a dar rienda suelta a sus instintos mas bajos por medio de la publicidad, que siguen como si de una religión se tratara.
Así no es de extrañar como, ya en la guardería, un chulillo que no levanta dos palmos del suelo le dió un mordisco a otro niño y se le llevó media oreja. Es terrorífico el futuro que se avecina si no se educa a nuestros conciudadanos en el respeto a los demás y la tolerancia, siempre que ésta no sea una excusa para actos vandálicos y crímenes.
Aunque también debería hacerse algo con los medios de comunicación, y la publicidad en concreto, para demostrarles que "no todo es válido" y que los fines "no justifican siempre los medios", pués, de lo contrario, acabaríamos matándonos unos a otros por las esquinas.
El anuncio que ninguna televisión quiere emitir Nando Ad Hunter - martes 22 de noviembre de 2011, 8:18
El espectacular crecimiento que ha tenido YouTube en los últimos años ha llevado a que muchos anunciantes lo consideren un canal clave para sus campañas. Sin embargo, hay quienes se ven \'cegados\' por su potencial y toman decisiones que quizá no sean siempre las más idóneas.
Una circunstancia cada vez más frecuente es que los spots se planifiquen con un estilo especial con la intención de que se conviertan en fenómenos virales en la red. Pero esto conlleva que puedan no valer para televisión, ya que el nivel de tolerancia en la pequeña pantalla es mucho menor que en Internet, en relación a los contenidos polémicos.
La empresa australiana de moda BillyCock está siendo víctima de esta situación debido a que no han conseguido que el anuncio de su última campaña sea aceptado por ningún canal de televisión para ser emitido. ¿El motivo? Consideran que es demasiado macabro y que podrían surgir desagradables polémicas si le dieran cobertura mediática.
El controvertido spot muestra a una chica que sale de su coche en ropa interior y extrae una pesada bolsa de su maletero, dentro de la cual reposa el cadáver de una joven. La protagonista la mira con ojos de deseo y comienza a acariciarla, pero en sus intenciones no hay nada sexual: lo que realmente quiere son los vaqueros que lleva puestos.
Pocos segundos después se descubre que se trata de una asesina en serie que mata a chicas para quedarse con sus pantalones de la marca BillyCock, un argumento de discutible brillantez que trata de justificarse con el slogan de la marca: "Denim worth dying for" ("Vaqueros por los que merece la pena morir").
El mensaje no ha acabado de convencer a muchas personas que han visto el vídeo, ya que consideran que sería más apropiado decir "Vaqueros por los que merece la pena matar". Los defensores de la marca justifican este confuso slogan alegando que las chicas muertas sabían que había una asesina suelta interesada en esta prenda, pero que aún así les compensaba llevarla. Sea una cosa o la otra, el anuncio está dando bastante que hablar y la marca está encantada de ello.
La productora del anuncio, Jai Films, ha confirmado que pese a sus intentos ninguna televisión ha accedido a emitirlo. Sin embargo, ya están preparando una versión light para el año que viene que cumpla los requisitos necesarios para poder ser exhibido. Será interesante ver a qué parte le dan el \'tijeretazo\'…
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